Con este proyecto fabricamos artesanalmente un juego completo de Lasca, tanto el tablero como las fichas.
Lasca es un juego inventado por el matemático y campeón de ajedrez Emanuel Lasker, nacido en Prusia en 1868. Las reglas de este juego se publicaron por primera vez en 1911. Emanuel Lasker se interesó por diversos juegos de estrategia y fue también un destacado jugador de GO y de Bridge.
El juego no se parece al ajedrez, sino más bien a las damas, con la diferencia, entre otras, de que las fichas capturadas no se retiran del tablero sino que permanece en el tablero apiladas bajo la ficha que ha realizado la captura. Las fichas (soldados) se mueven como en las damas, a una posición adyacente en diagonal, solamente en sentido de avance, pero cuando llegan a coronar la primera fila del jugador contrario son promovidas a «oficial» y ya pueden realizar movimientos tanto hacia adelante como hacia atrás. Es pues necesario que las fichas sean planas para poder apilarse, y que se pueda diferenciar su estado, es decir, si son «soldados» o son «oficiales». Para ello se ha realizado una muesca circular bien visible en una de las caras de cada ficha, de modo que basta con girarla para que presente boca arriba una cara lisa (soldado) o una cara con el círculo grabado (oficial).
La construcción se comenzó a partir de un tablero de contrachapado de 5 mm de espesor, al que se le practicaron los correspondientes 25 agujeros con una herramienta de sierra cilíndrica conectada al taladro eléctrico, de 40 mm de diámetro. Luego se lijaron cuidadosamente los bordes de cada agujero dejando una pendiente hacia el interior a fin de que resulte más bonito y más fácil de coger las fichas que se mueven por los citados huecos. Un vez listo este tablero perforado se pegó fuertemente a un tablero de las mismas dimensiones, de DM de 1 cm de espesor. Esta técnica constructiva permite tableros con oquedades de igual profundidad y sin herramientas especiales. Una vez consolidada la unión de ambas tablas se practicó con gubia un rebaje perimetral que permitiera colocar, con objeto decorativo, una greca fina de madera natural, Finalmente se añadió un marco a lo largo de todo el borde simplemente pegando lateralmente una moldura con sección de un cuarto de círculo, de 20 mm de radio, cortados los ángulos en bisel con la sierra ingletadora. El tablero se terminó aplicando primero una capa de tinte de color roble y luego dos capas de barniz de poliuretano con lijado fino entre capas.
Para las fichas se cortaron rodajas con la sierra ingletadora de 1 cm de espesor, utilizando como material unas ramas resultantes de la poda de un albaricoquero, a las que se quitó la corteza y se eligieron trozos de un diámetro igual, de aproximadamente 30 mm. Se lijó cada ficha y se grabaron con un punzón hueco por una de las caras. La mitad de las fichas se tiñeron con un tinte de color caoba al agua, y la otra mitad se dejaron en su color natural. Finalmente se aplicó, al igual que al tablero, barniz de poliuretano, aunque por comodidad y rapidez en lugar de aplicarlo con brocha simplemente se sumergieron en el bote de barniz y se escurrieron bien antes de ponerse a secar sobre el canto, repasándose finalmente para mejorar el acabado.