Tawlbwrdd es un juego de la familia Hnefatafl, que fue una serie de juegos con muchos paralelismos entre sí, que se jugaron a lo largo de los países nórdicos y las islas británicas al menos desde el siglo X y al menos hasta el siglo XV. Todos los juegos Hnfatafl tienen en común que son asimétricos, es decir, que cada jugador dispone de fuerzas diferentes y también diferente objetivo. En todos ellos un jugador dispone de un cierto número de piezas más una pieza especial o rey, y el otro jugador el doble de piezas. También, en todos los juegos Hnefatafl, es común el sistema de captura por custodia.
El juego del Tablut, informado por Carl von Linneo durante un viaje a Laponia en el año 1732, dispone de 9 x 9 casillas, y se jugaba aun en algunas zonas remotas del norte de Europa en el siglo XVIII. Por su parte el juego de Tawlbwrdd se considera más bien asociado al país de Gales y por extensión a la isla de Gran Bretaña. Solo existen unas pocas referencias literarias a este juego, por lo que no se tiene total seguridad de cómo se jugaba. No obstante, por paralelismo con el juego de Tablut se puede suponer que se jugaría de forma similar, pero con un tablero de 11 x 11 casillas y con 12 peones más el rey para un jugador defensor, y 24 peones para el jugador atacante.
No se ha encontrado nunca un tablero de juego Hnefatafl en ninguna excavación ni yacimiento arqueológico, lo cual es lógico debido a que con toda probabilidad los materiales de que estaban realizados eran perecederos, como por ejemplo piel de animal.
Por eso, en esta ocasión, nos hemos puesto a fabricar artesanalmente un juego completo de Tawlbwrdd sobre piel, y con fichas realizadas con arcilla.
En este sentido hemos trabajado de un modo similar a como lo hicimos para construir el juego del Tablut que también hemos descrito en esta sección de «Taller de Artesanía».
El tablero, de 11×11 casillas, se dibuja con lápiz sobre la pieza de piel que se ha recortado previamente. A continuación, utilizando un sencillo pirograbador, se queman cuidadosamente los trazos de lápiz realizados, y por último, con una máquina de coser, se completa el tablero con un marco formado por una tira de tela decorativa.
En cuanto a las fichas se elaboran de modo manual, de una en una, empleando arcilla de secado al aire y posteriormente se pintan con pintura acrílica de calidad.