Este proyecto fue uno de los más interesantes que se han abordado en el Taller Artesanal de fabricación de juegos, tanto por su aspecto original como por la tarea de talla de madera que conlleva. No es una copia de ningún otro que se haya visto anteriormente, sino que está inspirado en el diseño de arte popular africano y en concreto el que se aplica en algunos de los tableros de mancala más interesantes y atractivos.
Se empezó a partir de un bloque de madera de tilo que es relativamente blanda, carece prácticamente de veta y se talla con facilidad. Se tomaron las medidas externas generales y con la sierra eléctrica circular se le dio la forma basta inicial.
El juego, incluidas las patas, conforman un único bloque, de modo que dichas patas se hicieron eliminando por debajo la madera sobrante, realizando cortes de la profundidad apropiada con la sierra circular, en número suficiente para que luego fuera fácil desprender los trozos de madera con la ayuda del formón.
Los huecos se realizaron con un tamaño suficiente (7 cm de diámetro y 3 cm de profundidad) para que se pudiera jugar cómodamente, es decir que cupiera un número razonable de semillas de bonduc (las que normalmente se utilizan para este juego de modo tradicional) y permitiera su extracción con los dedos de la mano. Para hacer los doce huecos del juego primero se marcó el diámetro con una herramienta de sierra cilíndrica aplicada al taladro eléctrico, que profundizó en la madera aproximadamente 1 cm.
A continuación, y ya teniendo el borde de cada pocillo delimitado de esa manera, se fue vaciando cada uno utilizando exclusivamente gubia y formón.
Toda la decoración con patrones típicos africanos, tanto en la parte superior como en los laterales se realizó a mano con ayuda de formones, al igual que el extremo representando una cabeza de cocodrilo.
la parte más artística de la pieza es, sin duda, la cabeza humana que decora el lado del juego opuesto al cocodrilo. Esta cabeza se fue tallando a mano con ayuda de gubias exclusivamente, y terminando con escofina y lijados sucesivos.
En el breve clip de video siguiente se puede observar la pieza terminada como queda.
Una vez completado todo el trabajo de tallado de la madera ya solo restaba darle el apropiado tinte (ya que el tilo es una madera muy clara) y el aspecto que debía tener la pieza es oscuro, casi negro, al igual que otras piezas similares realizadas con maderas africanas como el ébano. El tratamiento fue con una capa de betún de judea ligeramente diluido, posteriormente tapaporos y finalmente cera color nogal.
Y así queda finalmente terminado el tablero de awalé, listo para ponerse a jugar con él.