Toguz Kumalak significa, en lengua kazaja, nueve piedras, refiriéndose a un juego de la familia mancala en la que el tablero tiene dos filas de nueve huecos y en cada hueco se colocan nueve piedras para comenzar a jugar. Al parecer el nueve era un número de buen augurio. Según se cuenta, en tiempos pasados los kirguisos (Kirguistán) dividían el año en 40 semanas de 9 días cada una.
He aquí un mancala que se juega en las repúblicas del Asia Central, principalmente Kazajistán (donde es considerado un «deporte» nacional) y Kirguistán (donde el luego se denomina Toguz korgool) lo que demuestra que esta familia de juegos se extendió no solo por toda África y el océano índico sino que alcanzó también estas tierras lejanas. Se organizan campeonatos internacionales de Toguz Kumalak en distintos países, dentro y fuera de Asia, como por ejemplo el organizado en 2015 por el Museo Suizo del juego, en La-tour-de-Peilz.
Es difícil encontrar una descripción de este juego en alguno de los libros tradicionales que hablan de la historia de los juegos. De hecho ninguno de los más conocidos lo cita. Para saber de este juego hay que acudir a través de Internet, por ejemplo a fuentes de estos países, donde es bastante popular.
El tablero de Toguz Kumalak se caracteriza por sus dos filas de nueve huecos y por el hecho de que los depósitos (kazna en kazajo) para colocar las fichas capturadas están en el centro, entre las dos filas, y ocupando toda su longitud. Según la costumbre tradicional, el kazna más próximo a un jugador pertenece al jugador contrario. La disposición inicial es de nueve piedras en cada uno de los nueve huecos de cada jugador, por lo tanto se necesitan 162 piedras.
Reglas del juego
Como en la generalidad de los juegos de la familia mancala, cada jugador comienza su turno tomando todas las piedras de alguno de los huecos de su fila, la que tiene más cerca, y comienza a depositarlas de una en una, dejando una piedra en cada uno de los huecos siguientes a aquel que ha sido vaciado, siguiendo el sentido contrario a las agujas del reloj (o si los jugadores lo acuerdan previamente puede ser el de las agujas del reloj, pero una vez decidido, el sentido del movimiento se mantiene siempre).
En este juego, a diferencia de la mayoría de los juegos mancala, la primera piedra se deposita en el hueco de donde han salido, que por lo tanto no queda vacío sino con una piedra, con una excepción: si el hueco de partida contenía una sola piedra, entonces dicha piedra se mueve al hueco siguiente y el hueco de salida sí queda vacío.
Si la última piedra del reparto cae en un hoyo de la fila del oponente (la más alejada) de modo que el número de piedras de ese hoyo, contando la piedra que acaba de depositarse, es par, el jugador que tiene el turno captura dichas piedras y las coloca en su «kazna». Se puede observar fácilmente que al inicio del juego, al haber un número impar de piedras en todos los huecos (nueve) y sumar la última piedra del reparto se llega a diez (número par) por lo que ambos jugadores pueden realizar una captura con su primer movimiento, a menos que se empiece por el primer hueco de la izquierda, ya que en tal caso la última piedra se queda en el noveno hueco de la misma fila propia, es decir, efectivamente se suman 10 piedras, pero no en la fila contraria y consecuentemente no hay captura.
Ahora bien, si la última piedra del reparto cae en un hoyo de la fila oponente de modo que el total de piedras que quedan, incluyendo la que se acaba de depositar, es exactamente tres, entonces dicho hoyo se convierte en un «tuzduk» (que viene a significar «lugar sagrado») y queda marcado (por ejemplo colocando una piedra o semilla claramente diferente a las 162 del juego). Esto es algo verdaderamente singular del Toguz Kumalak que lo diferencia de cualquier otro juego de la familia mancala.
Hay que tener en cuenta que a lo largo de una partida completa solo se puede conformar un tuzduk por jugador y que no está permitido formar un tuzduk en el último hoyo de la fila opuesta (el noveno de la fila, es decir, el primero a su derecha visto por el jugador contrario). Además tampoco se puede formar un tuzduk en un hueco que sea simétrico del que eventualmente hubiera hecho antes el jugador contrario, es decir, si por ejemplo el otro jugador ha formado su tuzduk en nuestro primer hoyo – primero de la izquierda de nuestra fila – nosotros no podremos hacer el nuestro en su primer hoyo – el que el otro jugador tiene primero a su izquierda).
Téngase en cuenta que en los casos en que la última piedra termina en un hueco sumando en total tres piedras, pero no se cumplen las condiciones antes señaladas que permiten formar un tuzduk, el turno acaba allí, pero el hueco no se convierte en tuzduk.
También se termina el turno, y no se hace ninguna captura, si el número de piedras que hay en el hueco donde se ha depositado la última piedra del reparto, incluida la que se acaba de añadir, es impar, o si la última piedra del reparto cae en un hueco de la fila propia, en cuyo caso se termina el turno y no sucede nada, con independencia del número de piedras que resulten en dicho hueco. Es decir, recuérdese, los eventos (captura o formación de un tuzduk) solo se producen cuando la última piedra cae en un hueco del lado contrario. En el toguz kumalak cada turno termina al depositar la última piedra del montón que se ha tomado para iniciar el turno, suceda lo que suceda después: o bien capturar piedras, o bien formar un tuzduk o bien nada.
Como se ha señalado al principio, en su turno un jugador puede comenzar a repartir desde cualquier hueco de su propia fila, excepto que este hueco esté marcado como tuzduk, es decir, no se puede iniciar un movimiento desde un tuzduk.
El interés del tuzduk es que las piedras que se van depositando sobre él en cada vuelta pertenecen al dueño del tuzduk. Normalmente se recogen al final de la partida, pero no hay inconveniente en recogerlas antes y pasarlas al «kazna», especialmente si se va sobrecargando demasiado el hueco.
Si durante el desarrollo de la partida un jugador no puede iniciar ningún movimiento, porque todos sus hoyos estén vacíos (o que solo haya un hueco con piedras pero este sea el tukduz del contrario) el juego se da por finalizado. El otro jugador sumará a su «kazna» todas las piedras que aun tenga en su propio lado y, si lo hubiera, las piedras de su tuzduk situado en el lado contrario. El jugador que no ha podido mover en su turno porque tenía sus huecos vacíos sumará no obstante a su «kazna», si no lo había hecho todavía, las piedras de su propio tuzduk en el campo contrario.
Lógicamente, el ganador de la partida es el jugador que tiene más piedras en su «kazna». En el caso de que ambos tengan 81 piedras el juego quedará en tablas.