Kungser pertenece a una larga familia de juegos de mesa históricos, denominados ‘juegos de caza‘, extendidos por todo el sudeste asiático, y también por Europa desde la Edad Media. Con más o menos variaciones se encuentran bajo diversos nombres como vacas y leopardos, buga-shadara, bagh-chal, el asalto, el zorro y las ocas, rimau-rimau, …etc. La característica más singular de todos ellos es que se trata de un juego asimétrico, con fuerzas diferentes para cada jugador y metas diferentes para alcanzar la victoria. Todos estos juegos se practican sobre un tablero igual o similar a este.
En este caso, el Kungser es un juego tradicional del Tibet, y representa la lucha entre 2 príncipes y 24 lamas. Los príncipes eliminan a los lamas haciendo un salto corto, al igual que en el juego de damas, es decir, el príncipe que se encuentra adyacente a un lama puede capturarlo saltando sobre el mismo y aterrizando en la casilla inmediatamente siguiente al lama en la misma dirección del salto según las líneas trazadas en el tablero, siempre que dicha casilla esté vacía. Por su parte los lamas no pueden capturar a los príncipes de modo que para ganar lo que tienen que hacer es bloquearlos de manera que no puedan realizar ningún movimiento. Los príncipes ganan si consiguen eliminar a 16 lamas y los lamas triunfan si consiguen bloquear a ambos príncipes.
La colocación de fichas para empezar a jugar es la que se muestra en la figura, con los dos príncipes situados en los vértices que conectan el cuadrado central con los triángulos laterales, y ocho de los 24 lamas ocupando el pequeño cuadrado interior. El resto de lamas se van colocando de uno en uno sobre el tablero por turno.
Durante una primera fase el jugador de los lamas solo puede ir colocándolos en el tablero y no puede moverlos, hasta que haya colocado todos, que es cuando se pasa a la segunda fase, en donde ya se pueden mover a cualquier posición contigua vacía, una sola casilla y siempre siguiendo las líneas trazadas en el tablero.
Comienzan a jugar los príncipes, capturando un lama mediante el correspondiente salto. En los siguientes turnos, mientras los lamas se van colocando sobre el tablero, cualquiera de los príncipes puede moverse a discreción, desplazándose a una casilla adyacente vacía siguiendo las líneas del tablero, o capturar lamas mediante salto corto. Se pueden hacer capturas múltiples en el mismo turno. Las capturas no son obligatorias.
Como estrategia, a veces a los lamas les puede convenir ponerse a tiro para ser capturados si con ello consiguen llevar al príncipe a un punto en donde sea a continuación fácil encerrarlo y que no se pueda mover.
Al parecer, ciertos estudios muestran que en este tipo de juegos asimétricos de caza existe una ligera ventaja para el jugador que maneja los lamas, de modo que entre dos buenos jugadores, en teoría, los lamas bloquearán a los príncipes (o las vacas a los leopardos, o las ocas al zorro, según el juego de que se trate) en unas cuarenta o cincuenta jugadas aproximadamente.
En cuanto a los otros juegos de caza citados al principio, buga-shadara (original de la pequeña república de Tuva -federación rusa- en Siberia) es un juego similar en todo al kungser. Más conocido y extendido es el juego denominado Rimau-rimau (rimau significa tigre en malayo) que también es muy similar al Kungser, con la diferencia de que en lugar de príncipes y lamas se representan tigres y cazadores (denominados orang-orang que significa ‘hombres’). Además, en rimau-rimau la posición de inicio es con 9 hombres ocupando el centro, en lugar de los ocho de kunser, y la primera jugada es ligeramente diferente, ya que en el caso de rimau-rimau, el jugador que tiene los tigres comienza eligiendo tres de los nueve orang y los retira directamente del juego y, si lo desea, puede cambiar uno de los tigres de posición a cualquier otro lugar vacío del tablero. Eso equilibra más el juego que, como se ha señalado antes, podría ofrecer una ligera ventaja para el jugador con los orang.
Durante el resto del juego en rimau-rimau, a diferencia de kungser, un tigre puede capturar un número impar de hombres que estén seguidos en una línea recta trazada en el tablero. Por supuesto 1 es un número impar, pero en rimau-rimau puede capturar también 3, 5 o incluso 7 en un solo salto si estos 3, 5 o 7 se encuentran seguidos, sobre una misma línea recta del tablero y sin huecos entre ellos. A cambio no puede hacer saltos múltiples, es decir, una vez completado un salto de captura, sea cual sea el número de hombres capturados, se termina su turno.
Otro juego que se practica sobre el mismo tablero que el kungser es el denominado 16 soldados, pero la mecánica es diferente, ya que en este caso el juego pasa a ser simétrico con los dos bandos partiendo de 16 fichas cada uno y ambos capturando por salto corto (por lo tanto más parecido al alquerque).
Por su parte el bagh-chal, tradicional del Nepal, vuelve a ser un juego asimétrico, en este caso con cuatro tigres frente a 20 cabras, pero ahora el tablero es diferente, ya que se forma, al igual que el alquerque, con la parte central del tablero de kungser, es decir, sin los triángulos que sobresalen por dos de los lados.